dejando su sabor a amargura,
deambula iracunda y corroe,
luciendo su esbelta figura.
Pobreza de espíritu, de alma,
la pobreza más nefasta,
la que nos hiere y lastima,
y a la que gritamos BASTA!!!
Pobreza con vestido engalanado,
surcando un pueblo ya devastado,
hiriendo punzante al desamparado,
y al temeroso que mira furibundo.
Pobreza que aflora en cada página,
en cada mustia esperanza,
ante un país que se margina,
desde la temprana infancia...
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