Cuando es tiempo de quietud , silencio,
y las sombras envuelven la ciudad,
y las sombras envuelven la ciudad,
divaga el pensamiento en ansiedad.
Recorro despaciosamente,
pavimento calcinado silenciosamente,
ardiendo en verano igual a un crisol.
Calles que guardan un pasado,
de libros y blancos guardapolvos,
esquina del encuentro ansiado,
surgiendo de cenizas y escombros.
Copas de arboles frondosos,
que danzan brindando su frescura,
trinos y sonidos melodiosos,
acompañan al recuerdo que perdura...
Susana E. Irigoite
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