suele opacarse en un breve instante,
la nostalgia nos acompaña bramante,
se convierte en un lazarillo constante.
Lentamente nos vamos despidiendo,
de los seres y cosas más sentidas,
a veces sin estarlo comprendiendo,
nos desgarran por dentro las partidas.
Cuando logre sortear el derrotero,
me iré alejando despaciosamente,
por el hondo y estrecho sendero,
junto a una luz que brilla intensamente...
Susana E. Irigoite
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