Cuando emprenda mi último viaje,
en un vuelo raudo y lejano,
arroparé un recuerdo en mi equipaje,
y sentiré aquel momento más cercano.
El tiempo desplegó sus largas alas,
desde que su llegada me sorprendió,
nuevas fragancias pululaban en las mañanas,
y el renacer entonces me alcanzó.
Es un estigma que por siempre perdurará,
aunque gire el ayer y ya no duela,
en algún
instante a la mente volverá,
instante a la mente volverá,
como una estrella que en la noche reverbera.
El cielo de sombras se ha cubierto,
y las hojas secas en mis plantas sollozan,
es tarde para un sentimiento incierto,
y un lamento en lo alto, los astros esbozan.
La vida nos quizo alcanzar,
surcando de obstáculos todos los caminos,
mostrando laberintos difíciles de superar,
nos cubrió el hastío con sus dudas,
y nos perdimos...
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