en las horas de intensa alegría,
donde los pesares habían huído,
y el alma gozosa sonreía.
aquellos momentos,
y prosigo con confianza,
dejando atrás los lamentos.
A ti amigo te agradezco,
por ayudarme a resurgir,
cuando inusitadamente desaparezco,
por un verdadero sentir, sin fingir.
Así como nos premia la vida,
nos golpea también al transitar,
como esta realidad sentida,
con la insipiente esperanza,
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