Ven,
dame la mano vamos a ser felices,
bajo la luna que nos cobija,
junto al mar y la brisa cómplices,
con una melodía que nos elija.
Envueltos por la luz de la luna,
cubiertos por brillos de estrellas,
la sombra nuestra será sólo una,
fusionada en las sinfonías más bellas.
Que algún ruiseñor entone su canto,
con la algarabía de renovadas almas,
amalgamando sueños de suave encanto,
meciéndose dulcemente en aguas calmas.
Ven y olvidemos el mundanal ruido,
soñando que trasciende al pasado la realidad,
escribamos juntos algo sin sentido,
dándole a la vida brillo y claridad.
Vamos a trepar al cielo,
con una mágica escalera,
en una ilusión, un desvelo
que al corazón acelera...
Susana E. Irigoite
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