Medida sin tiempo,
arbitraria y esquiva,
espacio desierto,
con un alma cautiva.
que se expanden por doquier,
con celestial alegría.
cuando amalgama un querer.
Bajo el mismo cielo.
por radiante sol iluminados,
es la realidad de hielo,
a la que han sido confinados.
Espacio profundo y vacío,
rodeado de melancolía,
tiempo fugaz de hastío,
atrapado en una melodía.
Distancia indolente,
impiadosa y tan fría,
hiere el corazón y la mente,
con irreverente maestría.
Susana E. Irigoite
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