Como el averno mismo,
el silencio despiadado,
habla de existencialismo,
Irrumpe de pronto en mi vida,
luego en ella se instala,
como puñal causando una herida,
que mata células y al ser cala.
La hierba crecida,
me indica un instante breve,
prosigue la vida,
haciendo la lesión leve.
El sol intenso y resplandeciente,
bendice el amanecer del nuevo día,
canciones al aire nuevamente,
es Dios que manifiesta su alegría...
Susana E. Irigoite
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