mi ser invadido por el desaliento,
naufrago soñando con lo absurdo,
y en el aire de un pensamiento.
Hilando ensoñaciones,
tejiendo fantásticos momentos,
entonando mil canciones,
imaginando tantos encuentros.
La soledad y apatía me rodean,
siento que mi alma se estremece,
al presentir lo que mis sentidos crean,
y su imagen sutilmente desvanece.
Un tiempo de introspección,
me ha rosado como brisa cálida,
ayudando a calmar mi aflicción,
y a mi alma de respuestas ávida.
Mis días transcurren silenciosos,
rescato de ellos tiempos valiosos,
pues hoy puedo afirmar convencida,
que deseo regresar a la vida...
Susana E. Irigoite
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