Al acallar los ruidos de la noche,
mi alma se hunde en la sombra,
intenta atrapar antes que marche,
El recuerdo en el aire flota,
abrazo con fuerza tan solo oscuridad,
el sonido dibuja una nota,
sumergiéndome en la inmensidad.
Lentamente la nebulosa se esfuma,
todo cobra forma y dimensión,
en este espacio que el aire perfuma,
y donde el sol no tiene expansión.
Quizá, cuando logre observar,
al arco iris en el horizonte cruzar,
con el alma tranquila pueda lograr,
un nuevo camino comenzar...
Susana E. Irigoite
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