Presentía que nuestro tiempo acabaría,
que las ilusiones truncas iban a quedar,
todos los castillos que mi mente construía,
Los días pasaron y me dejaron sin claridad,
atrás quedaron aquellos de tanta algarabía,
sola en mi cuarto en medio de esta soledad,
es tu recuerdo el que a mi vida brinda alegría.
Es verdad que a tu ausencia presentía,
pero solo al negarlo lo soportaba,
era insufrible el dolor y la angustia que sentía,
al saber que tu vida, tu amor, se alejaba.
La vida sigue su gira indolente,
marca el comienzo y el fin también,
obliga a no deambular ausente,
y a seguir el viaje elevándose en el bien...
Susana E. Irigoite
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