Tu voz que lejana me llega,
rompe el silencio de este triste día,
el tiempo con mi alma juega,
cediéndole paso a la melancolía.
las noches de insomnio, angustia y soledad,
dos años han pasado desde entonces en mi vida,
y no consigo aceptar esta nueva realidad.
Te encuentro en cada espacio de mi existencia,
amigo, amante, confidente, tu presencia a mi lado siento,
te veo en rostros desconociendo su esencia,
y cobijo en el alma dolor a pesar de tu etéreo aliento.
Continúas aquí, aunque a los grillos acallen,
sigues latiendo junto a mi corazón,
ni el tiempo ni la distancia consiguen,
cercenar este sentimiento con la razón...
POR SIEMPRE en mi corazón y en mi mente; al igual que en el corazón y en la mente de cada una de nuestras hijas...
Susana E. Irigoite
18/02/2015
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