Un vidrio que está empañado,
la lluvia, el frío, la ignorancia.
Sentir el silencio esperanzado,
luego la soledad e indolencia.
Sentimiento de pesar inacabado,
con un pertinaz desconsuelo,
que surge y avanza a paso acelerado,
para defender nuestro vasto suelo.
Derechos y deberes concebidos,
confusión y apremios recibidos,
para establecer derechos adquiridos,
luego de los tiempos transcurridos.
Cual criatura que nace y crece naturalmente,
dando lentamente a su identidad origen,
la tierra no debe teñirse con sangre inocente,
es por ley que pertenece al aborigen...
Susana E. Irigoite
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