Bronca ante la realidad lastimosa,
donde no hay patrones definidos,
en el que los andares distinguidos,
Bronca de tanta hipocresía,
de bulgaridad mal disimulada,
de sentimientos necios concebidos,
en el averno mismo de la nada.
Bronca de esta languidéz,
emergente de dolor y convulsión,
donde la soberana estupidez,
compite con la soberbia destrucción.
Bronca y pena amalgamadas,
destiñen el color de este día tan claro,
tal vez en algún lugar almas unidas,
sientan hoy el mismo desamparo ...
Susana E. Irigoite
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