Como una noche sin sombras,
descubriendo cada gota de rocío,
que desconocían entonces el hastío.
Ilusión de un sueño candoroso,
razón del despertar cada mañana,
bajo un cielo radiante, luminoso,
y el sonoro vibrar de una campana.
Tantas palabras sin sentido dijimos,
risas y silencios que juntos compartimos,
bastaba mirarnos para descubrirnos,
amantes, compañeros, amigos, todo,
esto y mucho más fuimos...
Susana E. Irigoite
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