A ti,
que eres aurora y razón de mi tiempo,
manantial donde embriago mi ser,
rocío que sobre mi frente siento,
y por quien cada día vuelvo a renacer.
A ti,
tempestad y calma a la vez,
tú le diste a mi sueño placidez,
e hiciste cada día más fecundo.
A ti,
que me guias a un mejor mundo,
pleno de alegrías, amor y ternura,
a ti hoy evoco y en este segundo,
mi alma se torna serena y segura.
A ti,
a quien con el alma quiero,
y de quien no deseo alejarme jamás,
a ti mi agradecimiento sincero,
por brindarme siempre mucho más...
Susana E. Irigoite
A esta poesía la escribí para mi amado esposo.
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