Atardece y el aire es perfumado,
ramilletes de azahares diseminados,
niños y jóvenes la han alborotado,
con sus ruidosos andares despreocupados.
Furtivos e incipientes romances,
susurro y ruidosa risa,
sortilegios dulces y fugaces,
Algún añejo árbol compañero,
quizá las iniciales guardará,
de aquel primer idilio tempranero,
que al viento sus alas desplegará.
La plaza esta hoy de gala vestida,
es este atardecer colorido, armonioso,
aromas y alegrías se elevan y dan vida,
bajo un cielo más amplio y candoroso...
Susana E. Irigoite
0 comentarios :
Publicar un comentario