Tarde melancólica y crepuscular,
una brisa suave invita a volar,
en el espacio etéreo del pensamiento.
El agua se agita debajo del puente,
contra la costa rompen las olas,
y yo con mi criterio ausente,
envuelta en temores, entre las sombras.
Hoy he vuelto a este lugar tranquilo,
y siento la intensidad de la ausencia,
por eso aquí a mis miedos aniquilo,
y comienzo a vivir en paz, mi existencia.
Susana E. Irigoite
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