con el brotar de la naturaleza,
es septiembre y el cielo resplandece al creer,
que hay esperanza en la promesa.
Ingenuidad de vivir sin temores,
creyendo desde lo más profundo del ser,
entregando el corazón sin razones,
elocuencia de negarse a crecer.
La vida se encargó de construir,
una barrera imposible de franquear,
más, no pudo impedir mi sentir,
y la ilusión de volver a confiar.
La visión que este día me regala,
es impulso, alegría y vigor,
risas, encuentros, llegada,
brindan al vivir exquisito color.
Quizá lo vivido será borrado,
como lo escrito en arena junto al mar,
pero, imborrable será lo tan amado,
que con honestidad se logró abrazar...

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