mar adentro está a punto de partir,
la tripulación con expectativa creciente,
entre bruma y brisa me dispongo a sentir.
Más tarde las amarras se sueltan,
y comienza un viaje inolvidable,
subiendo a proa mis energías conectan,
con un movimiento ondulante y agradable.
Mis sentidos afloran e intensifican,
al danzar el oleaje y la caricia de la brisa,
lo natural y armonioso se magnifican,
dándole poder, sentido y valor a la risa.
Me centro en este hoy,
en agradecer a Dios el vivir,
disfrutando del viaje estoy,
transmutando en paz el porvenir...
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