enmudece con un susurro de nostalgia,
vacíos profundos en un alma desolada,
que sucumbe tras lo hondo de su magia.
En un instante,
la lluvia resuena sobre la calzada,
a mi lado el crepitar de leños,
la mente con ensoñación alada,
cristaliza en realidad aquellos sueños.
Experiencia locuaz que entre ecos,
trata de mitigar lo que quedó vacío,
de otoños e inviernos inquietos,
y al corazón de un intenso frío.
Noche de cristales empapados,
de árboles vencidos por el viento,
la noche se esfuma como los leños,
es hora de expresar lo que siento...
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