El tiempo giró en remolino,
llevándose recuerdos de mi infancia,
lugares que no tienen ya destino,
barrios que aún guardan su prestancia.
Tan sólo recuerdo en las mentes,
que atesoramos y todavía prevalecen,
espacios a lo lejos silentes,
que con los años también palidecen.
La plaza que guarda aquellos encuentros,
adolescentes con ideales y esperanzas,
las calles que aglomeran momentos,
destinos que alguna vez fueron alianzas.
Utopías que confluyen,
en un pasar etéreo,
en la memoria fluyen,
como un sol eterno.
Un tiempo de nostalgia me trajo,
para observar lo que ayer viví,
con el alma callada y sin atajo,
volver a disfrutar lo que entonces sentí...
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