Como una canción inconclusa,
después de haber sido tarareada,
resuena en ilusión añorada,
cercenada por una vil excusa.
De pronto un día despiertas,
dispuesta a abrir tus alas y lanzarte,
tu alma agobiada por horas inciertas,
vislumbra una luz al instante.
Lo que antes veías en penumbra,
hoy finalmente brilla y despeja,
tu YO se expande en el aire que circunda,
y la tristeza lentamente se aleja.
La verdad en este momento impera,
comprendes que eres prioridad,
tu ser te lo agradece y espera.
que no vuelvas a olvidar tu dignidad.
Sin rencor y menos enfado dejando volar tu mente,
renace en tí nuevamente lo soñado,
el nuevo camino y un saber adquirido...
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