Anochece y la luz interior resplandece,
como un relámpago que lo ilumina todo,
surge la idea y con prisa se esparce,
sobre el papel que espera a su modo.
Esa hoja que en blanco aguarda,
la llegada de un nuevo poema,
la sintonía del alma alada,
y el universo con su diadema.
Palabras escritas para sentirse vivo,
para expresar lo abstrato en letras,
ese sentir que es único, exclusivo,
hijo que nace en las madrugadas.
Palabras muchas veces banales,
utopías que crea la mente,
para camuflar circunstancias reales,
Letras que conllevan un sentir,
que mágicamente nos transportan,
a lugares lejanos donde existir,
y al alma llegan y reconfortan.
Letras que en silencio se escriben,
antes de haberlas dicho,
porque hay tabúes que las inhiben,
o tan sólo por capricho...
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