Absorta ante su magnificencia,
en la playa escucho su potencia,
entre el oleaje y sin clemencia,
aquella voz me retrotrae a su esencia.
Un sonido melodioso,
emerge de la inmensidad,
y entre lo indómito y brumoso,
ese grito clama por equidad.
Las aguas desnudan las escolleras,
esparce su espuma en la playa el mar bravío,
se agitan las olas en ignotas horas,
pues arriba sin atorización un navío.
Enmudecida ante los acontecimientos,
persivo que son "mis antiguos compañeros",
los que viajaron enbistiendo vientos,
desafiando al tiempo e impedimentos.
Traen consigo laberinto de ilusiones,
paz, esperanza, amor, equidad y justicia,
fue mi despertar con evasiones,
algo singular al recibir la noticia.
Compartimos breves pero intensos instantes,
reminiscencias de otros tiempos,
plenos de agitación e inolvidables,
en los que aprendimos a respetarnos,
querernos y complementarnos.
Un suspiro entrecortado,
encuentro anhelado, anclado, enlutado,
"mis compañeros" de un ayer mancillado,
me alejé de lugar donde había soñado...
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