Gotas de lluvia salpican,
y vuelan en remolino como el viento,
las que al recuerdo incitan,
buscando su perdido aliento.
Desandar los caminos,
que aullan desgarrados,
sin saber qué decirnos.
Recorro su cuerpo ardiente,
saboreando el sudor agonizante,
su trémulo abrazo delirante,
y el susurro del breve instante.
Un silencio, un espacio,
y la nada responde,
dos cuerpos en un tiempo reacio,
y que la oscuridad esconde.
Sueños que fueron postergados,
y estremecen los sentidos,
armonizando objetivos apagados,
luego de tantos olvidos.
Sentimiento que trasciende,
la lógica ansiedad inusitada,
que tras la escarcha se enciende,
agonía de la noche desvelada...
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