Es tu presencia,
foránea y lejana,
la que con insistencia,
acude a mi ventana.
Vestigios de impaciencia,
novelados recuerdos de ayer,
en un nuevo amanecer.
Tu presencia viva y latente,
muy lejos me condujo,
como crisol candente,
que a mi ser sedujo.
Presencia que abrazo tiernamente,
a pesar de la irónica distancia,
inclemente invade mi mente,
con su inigualable prestancia.
Aurora anunciada,
brillar de una vida,
mucho más que una mirada,
y discrepancia sentida...
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