Un mundo pequeño,
de ensueños forjado,
cuidado con empeño,
Los días sin prisa pasaron,
la vida su curso siguió,
del derrumbe se cansaron,
hidalguía que nunca sirvió.
Triste realidad asoma a mi vida,
un hermoso mundo en el cual creía,
con un pasaje solamente de ida,
a ese lugar que aún no conocía.
La irreverente señal del desengaño,
que lleva consigo un nombre gravado,
brisa gélida que produce daño,
conduciendo a la cima de lo acabado...
Susana E. Irigoite
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