entre frágiles sombras descubro,
que solo era una sinfonía melodiosa,
y de realidad me lleno y cubro.
Fue una estrella fugaz,
un gran destello inesperado,
que vibrando al compás,
dio vida a mi corazón cansado.
Fue tan solo una ilusión pasajera,
el disfraz de la realidad,
haciendo que en el amor creyera,
hallando en mi la verdad.
Esta luz en mí siempre brillará,
en el recuerdo seguirá existiendo,
en la soledad profunda me guiará,
y regresará entre mares meciendo.
Susana E. Irigoite
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