Quizá algún día quieras recordar,
el amor, la ternura y tibieza recibidas,
lo que se nos brinda y debemos cuidar,
pero ello está sujeto a lo que tú decidas.
Despierta de ese prolongado ensueño,
abre tus alas y retoma tu andar,
con esa sonrisa de la que eres dueño,
y cristaliza en tu entrega al amar.
Días de alegría y gran felicidad,
historias luminosas compartidas,
la naturaleza nos regala su beldad,
y renueva las experiencias vividas.
Descubre sinfonías que en el aire pululan,
como trovador que recorre un espinel,
bajo este sol brillante e ilusiones que circulan,
las que invaden y se funden en la piel...
Susana E. Irigoite
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