Iluminada mañana en primavera,
cuando viajaba rumbo a mi trabajo,
vuelvo a recordarla como si hoy fuera,
Aquella mirada transparente y apacible,
despertó en mi espíritu inquietud,
pero era corto aquel trayecto inolvidable,
y dejaba en mi gravada una actitud.
Viajé en sus ojos algunos momentos,
naufragué en aquellas aguas calmas,
fueron de un tiempo solo fragmentos,
y esfumaron a través de las distancias.
No supe ni sabré jamás su nombre,
fue un viaje simplemente del ayer,
un encuentro trivial sin que asombre,
y un recuerdo que desvaneció al crecer...
Susana E. Irigoite
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