Fue una cálida y nítida tarde,
por destellos de sol iluminada,
cuando la descubrí cobarde ,
ante la nueva realidad asomada.
expresar libremente lo que pensaba y sentía,
colmar sin medida su espíritu de vivencia,
pero algo muy profundo no se lo permitía.
Siente nostalgia que inclemente,
alienta el desorden y mente confusa,
adhiere cual hiedra a la pared silente,
y a la piel como sinfonía inconclusa.
Anhelo de andar el flamante camino,
como un pájaro entonando su canción,
sin nada que impida hacer su destino,
y volar libre de su propia prisión...
Susana E. Irigoite
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