que la vida transformando sin cesar,
la felicidad de tenerte me daría,
y tu sonrisa mitigaría mi pesar.
Como valle apacible,
como remanso anhelado,
la distancia incomprensible,
queriendo estar a tu lado.
Sos mi princesita muy amada,
la brisa suave que me acaricia,
sinfonía crepuscular añorada,
quien a su vasta vida recién inicia.
Ni el tiempo ni la distancia,
jamás podrán alcanzar,
a opacar del cielo su transparencia,
ni a un gran sentimiento acallar...
Con inmenso amor de tu abu
Susana E. Irigoite
0 comentarios :
Publicar un comentario