Quizá el alfabeto quedó sin letras,
al definir la palabra libertad,
sin olvidar la soberana voluntad.
Cuando el sendero se va transitando,
sin sombras junto al miedo danzando,
sin soledad con culpas esperando,
los espacios se iluminan y van aclarando.
Sentir y vivir en libertad,
con las alas dispuestas a volar,
trinando por la hermandad,
sin que nada nos haga cambiar.
Libertad con responsabilidad concebida,
alegra al alma cual hermosa melodía,
es caricia suave anhelada y querida,
que nos permite y obliga a honrar la vida...
Susana E. Irigoite
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