El horizonte se tiñe de color gris azulado.
La lluvia entona su mágica canción,
sobre el árbol desnudo y cansado,
Y vuelvo a escuchar tu voz,
sinfonía que a mi oído acaricia,
ella me acompaña en el andar,
cuando el día recién se inicia.
Hacia mí llega desde algún lugar,
la brisa húmeda la trae apretujada,
con a la algarabía de un sitio singular,
que emerge suavemente de la nada.
Es tu voz serena y pausada,
la que recorre y embriaga mi ser,
es la lumbre siempre esperada,
que me incita nuevamente a creer...
Susana E. Irigoite
0 comentarios :
Publicar un comentario