entre brillantes y blancas nubes,
imagino a mi bandera y pienso,
en esta realidad plagada de pesares.
Contemplo a nuestra Argentina,
mi hermosa Patria, mi lugar, mi hogar,
y me duele ver a su gente vencida,
agobiada de tanto divagar.
Ahora, la noche está estrellada,
y titilan los astros a lo lejos,
veo nuevamente a mi bandera,
entre un arpa de marfil y brillantes mil.
Esta bandera flamea radiante,
en lo alto con su gran estirpe,
entre gente de mente competente,
y un pueblo caminando felizmente...
Susana E. Irigoite.
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