Claridad que regresas insipiente,
tras un largo tramo recorrido,
subyugando a mi mundo estremecido,
con estrepitoso y singular sonido.
Resplandor que resurges cada día,
tras la vigilia de una noche intensa,
quiero bañarme en tu luz con valentía,
alejando de mi la realidad adversa.
Claridad que a veces se expande gallarda,
en un mundo obtuso, trastornado,
con dolor en ignotas horas olvidada,
invisible en una mente atormentada.
Brillo en ti presiento una herida,,
luz que reverbera en la lontananza,
te necesito aquí henchida,
en cada latido de esperanza...
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