el silencio se hizo sonoro,
instante expectante se extiende,
en aquel páramo incoloro.
La luz de mi estrella se opacó,
dejando el alma atormentada,
tanto invierno su hielo esparció,
sobre esa hora nunca olvidada.
Un haz de luz el espacio surcó,
regresando a él en breve tiempo,
sin poder retenerlo se esfumó,
haciendo vibrar al firmamento.
Aquella estrella que brilló tan refulgente,
a la que Dios no quiso que llegara a ver,
pasaron los años y sigue presente,
y por siempre vivirá en mi ser...
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