Sumergida en la vorágine de la vida,
naufrago siguiendo tu huella,
en una pendiente sin salida,
No encuentro razones tangibles,
mas confío en tu infinita esencia,
consumiendo miedos imperceptibles,
que se ciernen entre niebla de experiencia.
Llueve afuera, un trueno estremece,
te siento conmigo brindándome calma,
éxtasis y lo imprevisible acontece,
sonido de melodiosas notas para el alma.
Presagio de un sueño aletargado,
que se esfuma en un tiempo de olvido,
remaso en un espacio desolado,
de un sentir en comunión renacido.
Resabio de orgullo que ha quedado,
disperso en la celeste inmensidad,
sintiendo tus latidos a mi lado,
comprendo la dimensión de eternidad.
Susana E. Irigoite
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