El viento gira las hojas en remolino,
las arrastra amarillentas y secas,
lejanas, silenciosas, sin destino,
follaje que cubriera horas desiertas.
horas inciertas de vacío,
en silencio se conjugaron,
alejando de mi vida el hastío.
Desnuda quietud imprevisible,
subyace en la memoria de un ayer,
realidad sorprendente y susceptible,
al ser capaz de nuevamente renacer.
Tu cuerpo palpitante y tembloroso,
cual una hoja al instante de caer,
despierta estridente y glorioso,
haciendo a mi ser estremecer.
Otoño crepuscular de ensueño,
que me eleva y lanza sin medida,
hacia un destino sin dueño,
al inicio de una nueva vida.
Es otoño y desborda de soledad,
distante y tardía luminosidad,
es otoño y te veo,
es otoño y te siento...
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