en lánguidas madrugadas,
suspiros de noches condensadas,
lamentos y sombras conspiradas.
Es ese amor callado y valiente,
aquel que todo lo espera,
amor sereno, puro y doliente,
que al corazón acelera.
Frágiles y tiernas imágenes se funden,
en un tiempo lascivo y fugaz,
dos almas que intrépidas confunden,
lo magnánimo y a la vez voraz.
Descubren delicados destellos,
la fragancia y sublime gloria,
éxtasis que se apodera de ellos,
abrazando al amor y la victoria...
Susana E. Irigoite
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