resplandece en luz amarillenta por la nieve,
radiante se escurre a través de mi ventana,
mientras una figura en la calle se atreve.
Al salir, la cartera danza en mi hombro,
en tanto la nieve resbala mi pisada,
inusitadamente el semblante denota mi asombro,
al responderme aquella furtiva mirada.
Hace un tiempo nos conocimos,
nunca imaginé volver a encontrarlo,
pero aquella mañana coincidimos,
y con brisa gélida pudimos celebrarlo.
Juntos caminamos aquel tedioso trecho,
reímos, cantamos, nos divertimos,
en ese tiempo que protestó maltrecho,
y al que a valorarlo, aprendimos...
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